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SÍNDROME DEL TÚNEL CARPIANO ¿Cirugía o tratamiento conservador?

27 Noviembre 2020

Son muchas las personas que padecen esta patología tan común, el Sindrome del Túnel Carpiano, y todos ellos se realizan la misma pregunta: ¿qué hacer?

Pues bien, a través de esta publicación vamos a tratar de resolver aquellas preguntas que se repiten diariamente en consulta, con la esperanza de que aquellos pacientes que lo necesiten, puedan encontrar respuestas. 

Comenzamos por explicar en qué consiste esta patología. Se trata de una afección del nervio mediano en su paso por el túnel del carpo. Se produce una compresión progresiva que hace que la sintomatología más frecuente vaya en aumento. Algunos síntomas son los hormigueos en la palma de la mano que alcanzan los tres primeros dedos, parestesias y entumecimiento e incluso dolor en las situaciones más agudas. Todo ello comienza con episodios nocturnos que terminarán por aparecer también a lo largo del día. Cuando todo ello se mantiene en el tiempo, y la situacion se agrava aún más, el paciente comienza a observar como cada vez su mano tiene menos fuerza y como llegado el momento, los objetos comienzan a caérsele de las manos.

Es importante destacar que el nervio mediano, además de comprimirse a nivel del túnel del carpo, también presenta otras zonas de compresión muy frecuentes como por ejemplo a nivel del pronador redondo (músculo del antebrazo con origen en la epitróclea e inserción en la cara externa del radio), lo que se denomina Síndrome del Pronador Redondo. Como éste, hay varios, por lo que lo primero que siempre se debe de hacer es una valoracion completa para conocer exactamente de dónde procede el problema y asegurarnos de qué patología se debe tratar. Es frecuente observar que dicha compresión se está produciendo en dos puntos diferentes del recorrido del nervio, algo a tener muy en cuenta a la hora de seleccionar el tratamiento adecuado.

Para el diagnóstico disponemos de pruebas clínicas, como la maniobra de Phalen, la prueba o signo de Tinel o el test de compresión. Además, todo ello debe complementarse de un Electromiograma (EMG). 

Una vez conocemos el diagnóstico exacto debemos elegir la mejor alternativa de tratamiento. La primera alternativa siempre es el tratamiento conservador, basado en la utilización de una férula de termoplástico elaborada a medida con pauta de uso nocturno. De esta forma, durante la noche, que es cuando mayor sintomatología se presenta, la mano está colocada en una posición de reposo y así evitamos posiciones forzadas que aumenten la compresión del nervio. En segundo lugar realizamos una intervención a nivel rehabilitador con un terapeuta de mano, que nos ayude a reducir la inflamación de tejidos que está provocando la compresión, a traves de estiramientos, movilizaciones neurodinámicas y con INDIBA ACTIV, entre otras técnicas. Como hemos dicho que el nervio suele estar comprimido a varios niveles, será imprescindible trabajar cada uno de los puntos de conflicto para poder eliminar por completo la sintomatología. 

En los casos en los que aplicando todo el procedimiento anterior, no obtenemos los resultados esperados, la alternativa es la cirugía. Es un procedimiento simple en el que, realizando una mínima incisión a nivel de la muñeca, el cirujano de mano abre el túnel del carpo liberando así por completo el nervio. El paciente, posteriormente, debe pasar de forma inmediata al servicio de rehabilitación para trabajar la cicatriz y realizar movilizaciones específicas para evitar adherencias y obtener un resultado absolutamente satisfactorio.