IMPORTANCIA DE LA INTERVENCIÓN POST-QUIRÚRGICA INMEDIATA
Hoy os vamos a hablar de la importancia que tiene una intervención post-quirúrgica inmediata por parte del área de rehabilitación, de la mano de un especialista en terapia de la mano. Hemos decidido hablar sobre este tema en esta ocasión ya que en la mayoría de los casos los pacientes nos llegan más bien tarde por desconocimiento o mala información.
En nuestro centro, creemos firmemente en el trabajo multidisciplinar y en los resultados que se obtienen cuando cada profesional aporta sus conocimientos y su experiencia para lograr un mismo objetivo final que siempre es la funcionalidad de la mano y extremidad superior de los pacientes. Frecuentemente, las lesiones requieren de una cirugía, más o menos urgente, para poder ser resueltas. Cuando esto ocurre lo ideal es, que tras dicha intervención quirúrgica, se comience con el tratamiento rehabilitador, y a continuación os contamos los aspectos más importantes a trabajar y porqué.
En primer lugar, llevamos a cabo la sustitución de la férula de escayola colocada en quirófano, por una férula de termoplástico a medida y que únicamente inmovilice la zona afectada, dejando libertad de movimiento de las estructuras adyacentes, y sobre todo, adaptada completamente al paciente; por ejemplo, inmovilizar la muñeca dejando completamente libres los dedos. Mejoramos la comodidad de la persona, así como permitimos que vaya trabajando progresivamente otros aspectos que en caso contrario, se verán afectados negativamente y que necesitarán de intervención en un futuro. Esto también nos facilita el poner y quitar dicha férula en cada sesión, para poder comenzar con el tratamiento pertinente.
En segundo lugar, debemos tener especial cuidado con el edema. Se trata de la hinchazón que surge como reacción fisiológica de los tejidos por la propia intervención quirúrgica. Es completamente normal que aparezca, pero no que se mantenga en el tiempo de una forma excesiva, ya que esto dificultará mucho el inicio de la movilización llegado el momento. Para ello, existen una serie de técnicas o herramientas que podemos utilizar, que nos ayudarán a reducirlo y finalmente eliminarlo, y que a continuación se van a explicar brevemente:
- Venda tipo Coban: es una venda elástica y autoadhesiva, que colocada según unas pautas e indicaciones específicas, nos ayuda a reducir de forma significativa el edema.
- Radiofrecuencia: este tratamiento consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas de alta frecuencia. Se aplica sobre la piel a la vez que el terapeuta realiza un pequeño masaje, y entre sus grandes beneficios encontramos la reducción del edema.
- Movilización del Edema Manual (MEM): acompañando a los tratamientos anteriores encontramos esta técnica de movilización suave que actúa directamente sobre los ganglios linfáticos. Su aplicación debe llevarse a cabo por alguien que esté formado en la técnica.
- Movilizaciones pasivas y activas: la movilización de la zona afectada, en la medida de lo posible, también va a favorecer la desaparición del edema de forma progresiva.
Estas son sólo algunos de los recursos o pautas utilizados en el tratamiento del edema; existen otros muchos, pero en nuestro caso, son los más utilizados.
Un tercer aspecto fundamental a trabajar de forma inmediata tras la cirugía es la cicatriz. Este elemento, que a priori puede parecer sencillo, si no se trata y controla de una forma adecuada, puede acarrear graves problemas de adherencias que posteriormente afectarán de forma directa a la movilización de la zona. Por ello, desde el primer momento debe ser trabajada para conseguir el mejor resultado posible, ya que nos ayudará a avanzar más rápido con el proceso de recuperación de la funcionalidad de la mano, y probablemente nos evitará dolores innecesarios.
¿Cómo trabajamos la cicatriz?
- Radiofrecuencia: de nuevo encontramos este elemento presente en el tratamiento. A la vez que utilizamos este recurso para trabajar el edema, también se trabaja de forma directa la cicatriz, ayudando a evitar esas famosas adherencias, reduciendo de forma muy significativa el dolor, y porque no, también mejorando la estética. El queloide se produce por un crecimiento exagerado del tejido cicatrizal, que estéticamente queda en forma de abultamiento. Esto, más allá de la apariencia, también nos lleva a una pérdida de la elasticidad de la piel que en determinadas zonas, se traduce en una restricción de la movilidad.
- Movilizaciones controladas: se realizan de forma muy ligera y favorecen la movilización de los tejidos, aplicándose en forma de "masaje" en torno a la cicatriz.
- Vendaje neuromuscular: por último, utilizamos este elemento en diferentes formas (por ejemplo, una de ellas es la técnica en "estrella"), también para favorecer una cicatrización adecuada.
Destacar para terminar de resumir el tratamiento de la cicatriz, que cuando realizamos la férula de termoplástico se coloca en la zona de la cicatriz una silicona para su protección y mejor desarrollo.
Como se puede comprobar, y entendiendo un poco más en qué consiste, la intervención post-quirúrgica cobra una importancia más que justificada, ya que la ejecución o no de todo lo redactado anteriormente, tiene repercusiones directas en el proceso rehabilitador posterior y también en los tiempos de recuperación.
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Equipo Unidad de Mano y Miembro Superior de Burgos